Revise el depósito del líquido de frenos. Su nivel siempre debe estar entre los límites indicados. De igual manera, verifique que no existan fugas en las mangueras y si el líquido lleva uno o más años de uso es conveniente reemplazarlo.

Confirme que todas las luces exteriores estén funcionando: al pisar el pedal del freno las luces traseras de los stops deben alumbrar, las direccionales ?delanteras y traseras? deben iluminar de forma intermitente, las farolas deben encender en posición de bajas y altas, y de acuerdo a la carga a transportar se deben ajustar para que no causen deslumbramiento a los vehículos que circulen en sentido opuesto.

Durante la conducción la visibilidad del conductor debe ser óptima en todo momento. Por tal motivo, tanto los vidrios panorámicos como los laterales deben estar completamente limpios antes de emprender la marcha; de igual forma es importante revisar que el depósito de agua del limpiabrisas esté lleno y un buen líquido lavaloza ayuda mucho a eliminar esa grasa que vuelve borroso el horizonte.

Verifique que las plumillas de los limpiaparabrisas despejen bien el agua del vidrio sin dejar residuos y sin que emitan chillidos. Si es así, debe cambiarlos.

Que funcione como mínimo la calefacción. La mejor forma de recuperar la visibilidad ante este fenómeno es con el aire acondicionado puesto al máximo de frío o la calefacción en el máximo caliente, con el aire recirculante de la cabina, y en ambos casos dirigido al vidrio y a su máximo poder. Si no está lloviendo, lo mejor y más rápido para los carros sin aire acondicionado es abrir las ventanas para equilibrar la temperatura externa con la interna.

Cerciórese de que los bornes no se encuentren sulfatados o sucios, esto ayudará a un correcto contacto eléctrico. Si la unidad no es sellada se puede verificar visualmente el nivel del electrolito en cada uno de los vasos: este deberá estar por lo menos 1 centímetro encima de las celdas.

Revise que durante el recorrido programado no se cumpla el límite máximo permitido para realizar el cambio de aceite estipulado por el fabricante en el manual del vehículo. De lo contrario es preferible cambiarlo antes de emprender el viaje; si está dentro de los parámetros normales compruebe que el nivel esté entre el máximo y mínimo que indica la varilla medidora.

Debe mirar el estado de amortiguadores (notar ruidos o bamboleos excesivos en marcha) y mirar que no estén húmedos en la zona de trabajo. Si tiene tiempo, haga subir el carro en un elevador para mirar rótulas, terminales, bujes y juego o ruidos y carraspeo en los rodamientos.

Hay que probar los juegos, moviendo las partes desde la rueda, no solamente con la suspensión colgando sino con un gato debajo de la tijera inferior delantera o puente trasero para ver que en la posición de funcionamiento no haya problemas.

Calibre la presión de las llantas delanteras y traseras según lo recomendado por el fabricante antes de emprender la marcha; así mismo, inspeccione que el labrado de la llanta esté por encima de los niveles máximos recomendados, revisando de forma visual los testigos que se encuentran en la parte interior de los surcos de la llanta. Las autoridades exigen al menos 1,6 milímetros de profundidad .

El equipaje debe ubicarse siempre en el portaequipaje, optimice al máximo el espacio y en caso de resultar insuficiente es recomendable utilizar un remolque. Nunca deje objetos sueltos dentro del habitáculo, ya que pueden causar heridas considerables en el evento de una colisión al salir expulsados sin ningún control.

Nunca guarde elementos clave, como el extintor y el botiquín, debajo de las maletas y la llanta de repuesto: deben estar siempre a la mano. No portarlos conlleva una sanción de 15 salarios mínimos legales diarios vigentes.